Para quienes no lo conozcan, Georges Moustaki es uno de los grandes nombres de la canción francesa de los años 60-70 que todavía permanecía entre nosotros como uno de sus símbolos más representativos. De origen griego, crece en un ambiente lingüístico y multicultural que le acerca a la literatura y la música francesa y de las que rápidamente se convierte en uno de los más importantes autores de su época. Canciones como Le métèque, Ma liberté, Nadiedja o Il y avait un jardin además de sus composiciones para cantantes de la talla de Yves Montand o Edith Piaf lo convierten en un icono de La Chanson Française.
Hoy nos deja pero sus letras, su música, su huella es y será imborrable y como ya ha ocurrido con otras voces, las nuevas generaciones seguirán cantándolo en forma de versiones modernas, más pegadizas quizás, pero con el mismo mensaje de esperanza en el ser humano y el mismo canto sublime a la vida. D.E.P.
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